En su momento y en ese momento, donde no había demasiada claridad, donde no había nada que palpar, donde ningún olor te recordaba a nada… en ese momento, en su momento, sólo quedaba la nada.
La nada más cargada y aglomerada que jamás había visto. Espesa. Cruda. Dura.
Mucho me enseñó la nada. Mucho aprendí conviviendo con la nada .
En fin, Gracias,
Nada.
Frente a la oscuridad, luz.
Óleo sobre tela. Año 2016.