
De los silencios a gritos y las palabras sordas.
Modelado de barro blanco.
El presente proyecto dialoga desde las fronteras comunicativas. Entendiendo como fronteras, los propios límites del ser humano. Su límite corporal y su límite mental, la piel y la memoria. Comprendiendo la necesidad de una para con la otra en el proceso de traducción de los códigos suspendidos en el tiempo y el espacio. Nos preguntamos ¿Dónde residen los códigos comunicativos en estados límites como la enfermedad y la muerte? ¿Cuales son esos códigos y cómo alcanzan un receptor?. Entendiendo que, la enfermedad hace de tal o cual vida una experiencia en el límite de la condición humana. Sujeto abierto, desconcertado, destruido… Desde esta lectura, la enfermedad no es sólo quemadura y pena, sino que abre nuevas potencias sensibles y del cuerpo. Nos expone a un riesgo de realidad, en definitiva, revela nuevos ámbitos del ser. Ciertas dinámicas o intensidades claves de la vida cuando esta ésta se ha vuelto un signo abierto, abierto de su corte o abertura, exponiendo todo su ser extenso y sensible. Esa tensión en la que somos, y sin la cual, no seríamos. Diálogos desde nosotros, para con nosotros.
Desde el miedo para la vida.
Desde la oscuridad para la luz